Reloj externo y reloj interno
Utilizar nuestra memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro
EL TIEMPO ES LA VARIABLE QUE EN DICTA NUESTRA VIDA. NOS LEVANTAMOS A CIERTA HORA, NOS MOVEMOS A BASE DE UN HORARIO, DEDICAMOS DETERMINADOS PERIODOS LLAMADOS DÍAS PARA TRABAJO Y OTROS PARA DESCANSO.
TODOS LOGRAMOS VIVIR EN SINTONÍA CON EL TIEMPO EN BASE A ACTIVIDADES, RUTINAS Y ACTIVIDADES CONCRETAS.
No obstante manejar el tiempo en cuestiones abstractas es una tarea difícil que aun la gran mayoría de nosotros no logramos dominar. Nos cuesta soltar el pasado o superar una buena o mala etapa, también nos enfocamos mucho en el impredecible e incierto futuro, el que vamos a hacer y ser. Es una contradicción, en cierta forma una paradoja, es moverse todo el tiempo en presente (ya que físicamente es imposible hacerlo de otra forma), pensar en presente, pero también en pasado y futuro.
El tiempo como todo depende del enfoque que le demos, puede ser una herramienta constructiva o su caso contrario. Estas son tres maneras para usarlo a nuestro favor: Utilizar nuestra memoria selectiva para recordar lo bueno: Nosotros decidimos el tono que le damos a nuestros recuerdos, podemos resaltar lo positivo incluso en lo negativo en forma de lecciones.
Prudencia lógica para no arruinar el presente: Es cuestión de perseverar, de tener calma en todo proceso ya que de otra forma invitamos a huéspedes no deseados como el estrés y la ansiedad.
Optimismo desafiante para encarar el futuro: Es pensar que lo que estamos haciendo nos va a llevar a donde queremos. Es confiar en nuestro trabajo, en nuestra capacidad de tomar decisiones y en nuestra valentía de tomar riesgos. Si nos movemos a base del tiempo, nunca es tarde para empezar a ajustar nuestro reloj interno con el externo